miércoles, 11 de marzo de 2015

The Blizzard

We had arrived at a small town by the name of Creel. It was small with few people, located between a mountain valley. During this time, snow covered the whole area, blizzards where constant visitors. This was the quickest way to get to the next city, where the next GYM awaited us. The three of us, Charlie, Saul and me, walked quickly into town, since a blizzard was already coming up.

We reached the local Pokemon Center. As we pass through the glass doors, we realized there was something unusual about this center. My quilava who walked besides me looked arround suspiciouslly, she felt uncomftrable.
¨Wheres the nurse?¨Saul asked as we began to tour the center. There seem to be nobody here. The cold winter wind began to knock on the windows and howl at us, daring us to go outside.
¨Maybe she went to protect herself from the blizzard¨ Charlie said as he took a sit near the eating area. We joined him, since there was nothing else to do in this deserted building.

The minutes turned into hours as we played with our pokedex and talked about strategies. Our pokegears had no signal and there seemed to be no sign of anybody or anything outside. The horrible blizzard roared even more, sending cold chills down our spines.
¨Dudes, I´m hungry.¨ I told my comrades. We all agreed that it would be ok to eat something from here and we can pay it in the morning. There was only one problem, the cafeteria had no food.

The center began to grow colder as the blizzard grew bigger. We sat arround my quilava who warmed us up with her gentle flames.
¨I think I saw a hotel across the street.¨ Charlie said, suggestin we went there. After several discussions, we decided it wouldn´t be to difficult to walk straight and reach the hotel. Besides, Quilava´s fire could warm us up.
We opened the glass doors, the blizzard smashed itself against our faces. In no time at all I felt my face go numb. We began to walk, the freezing wind scratching our hands and faces. Quilava led the way with her flames, followed by me, Charlie and then Saul.

The blizzard began to sorround us with a thick fog, it wasn´t long before I couldn´t see my friends behind me. I called out to them, but there was no answer. I called to my quilava who stopped on her tracks and cuddled up next to me. We stood arround searching for the hotel, the center or my friends. The cold wind began to get colder, slashing at our skin. Quilava fired up her flames, trying to keep us warm.
"Dude!" I heard somebody cry out. I looked arround, Charlie and Saul reached us, shivering. We stood there searching for a place to cover ourselfs from this terrible snow storm.

Just before we went into full panic, the storm stopped. Only a thick fog and a cold breeze laid before us. We still couldnt see anything too far ahead. The world was dark, cold and sent a terrible feeling through our souls. Just then, red shiny eyes began to shine al arround us. They glared at us without blinking. Charlie and Saul prepared their pokeballs. Quilava fired up, ready to battle, whatever our enemy was, they were a lot of them.
"Show yourself!" I dared them. I felt my pokedex began to react. It might give me information of to what we were about to face.
The screen lit up as I opened up the red cover. I stood there frozen as I witnessed the identidy of our attackers.

A Journey

Capítulo 1  – Cuando todo comenzó -
Todo comenzó hace mucho tiempo, no estoy muy seguro de hace cuanto exactamente, ya que desde ese entonces pasaron tantas cosas que perdí la noción del tiempo. En este mundo, si lo ves desde un punto de vista muy específico, está lleno de peligro, pero a los habitantes de aquí parece que les agrada ese aspecto, y con esto me refiero a los humanos y a los pokemon. En este lugar, los humanos viven mano a mano con los pokemon; de hecho, sin ellos, no estoy seguro si sobreviviéramos. Pero así como los humanos, los pokemon también pueden ser utilizados, maltratados y convertidos en seres del mal. Gracias a ese tipo de gente y ese tipo de pokemon, mi vida llego a estar llena de tanto sufrimiento... Desde un comienzo, deberían advertirte esto cuando estas en la academia, para que así por lo menos puedas prepararte mentalmente, Pero no es así.  Cuando solo eres un niño, creces con la idea de que viajaras por todo el mundo lado a lado con tus queridos pokemon, luchando para un día poder competir en el ÍNDIGO PLATEU y tal vez tener la oportunidad de convertirte el campeón del mundo. Si de lo contrario ser campeón no es lo tuyo, puedes de igual forma participar junto con tus pokemon en concursos, inclusive puedes formar parte de la sociedad como un doctor, panadero, policía, etc., etc. Suena genial, pero en cuanto das tu primer paso libre en el mundo, sin nadie quien te guie, donde todo depende de ti, el mundo se torna una maldita trampa y hace lo que pueda para que no llegues a tu objetivo. Mi meta era ser el campeón del mundo, tener a los pokemon más fuertes y poseer las mejores estrategias. Pero  todo eso cambio, y cambio demasiado.
En ese entonces yo era más  joven, si mal no recuerdo, tendría 18 años. Como cualquier otro de mi edad, ya podía legalmente recorrer el mundo por mí mismo. Tenía a mi querida cyndaquil conmigo, su nombre es Furia. Desde que yo tenía 5 años se encuentra a mi lado, me la dieron cuando apenas era un huevo y hasta ahora continúa siendo mi acompañante. Teníamos poca experiencia en batallas, solo aquellas pruebas que nos ponían en la academia y aunque siempre obteníamos las calificaciones más altas, las ganas de probar nuestra fuerza contra el mundo entero lo eran aún más. Nuestra gran aventura inició un agradable amanecer, los pidgeys volaban sobre mi casa causando el alboroto de siempre, como si fuese su trabajo despertarme. Furia ya estaba despierta; como todas las mañanas,  ella se subía a mi escritorio para ver como los pidgeys revoloteaban sobre nuestro techo. Ya tenía todo listo desde la noche anterior, estaba preparado para comenzar mi viaje, para tomar mi camino como el futuro campeón. Desayunamos rápido esa mañana y le deje las llaves de mi casa a mi vecino. El sol ya iluminaba bien el cielo, acompañado por una que otra nube que el viento fresco de la mañana hacia deslizarse. Con nostalgia, vimos nuestro hogar una vez más; nos despedimos de él y así comenzamos nuestro largo camino. Primero teníamos que llegar al laboratorio de Dr. Pokets, el hombre más inteligente de nuestra gran ciudad de Chihuahua, una de las diez capitales de este país. Tomamos el primer camión del día hacia el centro de la ciudad, el cual era vigilado por una enorme estatua  de un pokemon legendario. SI mal no recuerdo, lleva el nombre de Groudon. Frente a la estatua se encuentra una gran plaza; aunque bueno, para mí solo es un enorme pasillo, lleno de tiendas de todo tipo de cosas.  Al llegar, pasamos por las tiendas comprando pociones, pokebolas y varias vallas para el viaje.  Al final del pasillo esta otra plaza en forma circular, la gran plaza revolución.
 En la parte superior de la plaza está la Catedral en honor al pokemon dios Arceus. El laboratorio del Dr.Pokets estaba a unas cuadras detrás de la catedral, una vez  estando allí, aproveché para pedir a  Arceus nos guiara a la victoria. Cuando por fin llegamos al laboratorio, no era en absoluto lo que yo esperaba, era un edificio alto y de color naranja con la cara de un wynut como símbolo principal en las puertas de ingreso que se abrieron dándonos paso a Furia y a mí al dar un paso adelante; “Wynut Labs” decía en letras grandes y azules al frente del escritorio de una señorita que se encontraba colocado en medio de dos elevadores. - Disculpe, vengo a ver al Dr.Pokets.-  Le dije, sosteniendo a Furia en mis brazos. – ¿Me puede mostrar su ID por favor? -  Me preguntó mientras estiraba su mano para recibir mi ID, pero yo no tenía una. Alzó la vista y distinguió mi cara de confusión mientras yo pensaba que decirle. Soltó una pequeña risa y me dijo - Lo siento, parece que aún no tienes una, ¿Verdad?- con esto, me sentí algo apenado; - Así es, no sé dónde la debo pedir.- La señorita amablemente tomo mis datos con rapidez.
Nombre: Hekotoro
ID: 218234
Medallas: -----
Al terminar me entrego una tarjeta verde de metal con una foto mía en ella, mi nombre, mi ID de entrenador y una pequeña caja donde colocar mis medallas: oficialmente era un entrenador. La señorita presiono un botón y el elevador de la izquierda se abrió y subimos para ir a ver al Dr. Las puertas se abrieron al interior de una habitación llena de libros tirados por todas partes, solo una alfombra roja que parecía marcar el camino a seguir, estaba descubierta. Bajé a Furia y caminamos lado a lado sobre el camino rojo, al final de este se podían ver dos sujetos; uno tenía una bata blanca  y  estaba muy concentrado en la pantalla de su computadora y el otro comenzó a caminar hacia nosotros. Él tenía el pelo largo y de color café, vestía totalmente de negro y tenía un semblante realmente serio. A su lado caminaba un totodile, seguramente de la misma generación que Furia y yo, pensé; él también nos notó pero no hizo expresión alguna, solo nos pasó de largo y continúo su camino. Llegamos al final de la habitación donde se encontraba el hombre de la bata blanca tecleando inspiradamente en su computadora, nos paramos detrás de él esperando que nos notara, pero al parecer ignoraba por completo que lo esperábamos. Luego de unos minutos, opté por tomar primero la palabra: - Disculpe…-  Dije con incomodidad, el sujeto se volteó con molestia en mi dirección; tenía un poblado bigote blanco amarillento, una gran cabellera blanquecina y pequeños ojos grises y vidriosos con ojeras oscuras bajo los mismos, tenía la apariencia de típico científico loco.  - ¿Tú quién eres?-  Me pregunto, mientras  examinaba detenidamente a mi Furia y a mí; - Soy un entrenador nuevo, vengo por un pokedex.-  Le dije. Solo para aclarar, un pokedex es un aparato que te permite grabar toda la información posible sobre un pokemon, para poder conseguir información debes enfrentar al pokemon y entre más tiempo lo enfrentes, más información graba de él, además, es muy útil para armar estrategias, todo entrenador oficial reconocido por la LIGA POKEMON debe tener uno.

-¿Cuantos pokemon tienes?-  Responde finalmente el Dr. mientras examina a Furia. - Solo tengo este cyndaquil señor-  le dije. Me sentía muy presionado por la mirada del Dr. - ¡¿Qué?! ¡¿Piensas que le doy un pokedex a cualquier vago que me presente un pokemon?! ¿Por qué debería darte uno? ¡¿Qué te hace diferente a los demás?!-  - Bueno señor… ya estoy graduado de la Academia y tengo el promedio más alto en la academia, especialmente en batallas. Creo que tengo talento para ser un buen entrenador, y tal vez, hasta el mejor.-  - Ah si… conque tu obtuviste el promedio más alto. Pero, si lo comparas con los promedios más altos de la historia, ¡el tuyo es el más bajo!- El Dr. Pokets regreso a teclear, por no decir aporrear, salvajemente en su computadora, como poniendo fin a la conversación, en ese momento me sentí decepcionado, ¡¿mis sueños se terminarían por la culpa de ese  vejete mal educado?! Miré a Furia que me regreso la mirada, podía sentir las ganas que ella tenía de comenzar esta aventura, yo no podía defraudarla. Tome al Dr. del hombro y lo volteé de un tirón hacia mí; - ¡Escúcheme! ¡Espere 15 años para llegar aquí! todo mi futuro está enfocado en ser el campeón y es porque, ¡yo seré el campeón! ¡Seré el primer entrenador de Chihuahua en llegar a ser el campeón! ¡Y no voy a permitir que un viejo amargado me quite eso! Así que, ¡deme mi pokedex! y si es necesario ¡yo luchare por él! ¡¿Verdad Furia?!-Furia encendió las llamas en su espalda y soltó un pequeño chillido al Dr. Él se levantó de la silla de su escritorio, me miró a los ojos, y, sin decir nada, saco una delgada caja de un cajón de su escritorio y la puso con fuerza en mis manos. - Si logras mantener esa determinación, llegarás lejos… ¡Lárgate!-  Salí de Wynut Labs con mi pokedex en mano. Nuestra aventura inició…














Capítulo 2
Furia me miraba con curiosidad mientras yo jugaba y exploraba todas las utilidades de mi pokedex. Estábamos sentados en una banca en la plaza de la catedral, disfrutando de una rica botana. Me quede pensando en lo que dijo el viejo Dr., sólo tenía un pokemon y tal vez sería útil conseguir más y aumentar los miembros de mi equipo. En Chihuahua, había una gran variedad de diferentes pokemon que podían ser interesantes integrantes de mi equipo, revisaba diferentes estrategias y combinaciones que se podían realizar, alcé la vista hacia la plaza, donde la gente estaba disfrutando ese gran día. Varias personas presumían sus pokemon mientras otros sólo pasaban tiempo con ellos, el viento puso un folleto frente a nosotros, se deslizó suavemente frente a mis pies así que me incline para alcanzar a leerlo.

LITTLE CUP CHIHUAHUA X!!!
¡Ven é inscríbete con tus pokemon para participar en el siguiente torneo Little Cup!
Debes entrar con 3 pokemon diferentes, para revisar la lista de cuales pokemon puedes ingresar, las reglas y formato de las batallas, por favor acude a Ciudad Deportiva o visita nuestra página www.CiudadDepoChih.com

Un torneo sería una muy buena oportunidad de probar nuestras habilidades, sólo que tenía un problema, no tenia 3 pokemon. Requería tres que no estuvieran evolucionados, y en esta ciudad el único lugar donde podría atrapar pokemon, seria en el bosque de ciudad Deportiva. Ciudad Deportiva es un enorme parque que está cercano al centro de la ciudad, tiene dos estadios con campos de batalla, un gran escenario para concursos, diferentes canchas de deportes; todo rodeado por un gran bosque lleno de pokemon salvajes y un lago artificial. Muchos entrenadores principiantes solían comenzar a atrapar sus primeros pokemon ahí mismo, pero la gente dejó de hacerlo ya que muchos terminaban con los mismos pokemon, la mayoría atrapaba pidgeys, pidoves, rattatas y pachirisus, había más que esos pokemon salvajes pero toma más tiempo en buscar y son más problemáticos, pero, si quería entrar al torneo, necesitaba capturar al menos tres, me levanté y me dirigí hacia ciudad deportiva, Furia y yo estábamos llenos de emoción. Llegando a Ciudad Deportiva, se podían ver varios anuncios del torneo pegados por todas partes, a lo lejos había varios deportistas practicando y entrenadores teniendo batallas de ensayo, mucha gente no considera una batalla amistosa como una batalla de verdad, se dice que una batalla de verdad es cuando no rige ninguna regla y el entrenador arriesga todo, incluso su vida. Claro que el gobierno no promocionaba eso y decían que las batallas contra GYM LIDERS y de torneos eran batallas de verdad. Pasamos por una tienda “AlPoke”, donde compre varias pokebolas con lo que me quedaba de mi dinero. Entré más al centro de Ciudad Deportiva dirigiéndome al gran bosque, el ruido de la ciudad desaparecía mientras más  árboles había y estos comenzaban a tapar el sol, dejando ver solo una tenue iluminación verdosa; Furia comenzó a oler su alrededor, encantada de estar en medio de tanta naturaleza, era difícil creer que un lugar tan tranquilo y puro estaba en medio de una gran ciudad. Suponía que los pokemon que habitan ese lugar son los que lo mantenían de esa forma, también me preguntaba si algunos pokemon sabían que afuera de ese lugar, todo estaba dominado por los humanos y sus construcciones. Caminamos unas cuantas horas, nos topamos varios pokemon como, rattata, pidgey y un combee, pero no me llamaron mucho la atención, aparte sabía que si seguía caminando hacia el centro  encontraría los pokemon que no cualquier entrenador atrapa. Llegamos a un pequeño claro, la luz del sol lo iluminaba y estaba lleno de hierba larga y verde, Furia se puso seria y algo tensa, me detuve para intentar averiguar qué era lo que incomodaba a mi cyndaquil. Pronto note que en ese sitio no había absolutamente ningún ruido, no se escuchaba ningún pokemon, ni viento, nada… Furia se negaba a adentrarse al claro, parecía que consideraba que estar entre los árboles era lo más seguro. En eso, un chillido rompió aquel silencio, de los árboles salió rápidamente una especie de ave, que parecía haber atacado las hierbas que se encontraban en medio del claro. Rápidamente, el ave voló hacia los árboles del otro lado y desapareció.  Intente ver hacia donde se escondió, pero la luz del sol me mostró algo diferente en el claro, justo donde el ave había atacado, comenzó a salir una especie de polvo dorado, reconocí ese polvo de la clase de Estatus, era Stun Spore, un movimiento de status que paraliza al oponente; de pronto lo comprendí, el ave pokemon había atacado a un pokemon que se escondía entre las hierbas y ese pokemon soltó su Stun Spore para paralizar a su atacante, apenas el polvo desapareció, el ave pokemon otra vez atacó, el pokemon que se encontraba en la hierba respondió defendiéndose soltando otra vez su Stun Spore pero esta  vez el ave no soltó ningún chillido, quiere decir que el primero había sido para sorprender a su presa. No cabía duda que esos dos pokemon ya tenían mucha experiencia en ese tipo de batallas.  Tenía que atraparlos. Le insinué a Furia mi idea, pero ella no se veía muy segura del todo, más, se tranquilizó un poco cuando le comenté que esperaríamos a que se cansaran un poco, mientras estos continuaban su batalla, saqué mi pokedex para intentar conseguir información sobre los pokemon que íbamos a enfrentar.